lunes, 19 de septiembre de 2016

Introducción al sistema inmune

El organismo proporciona un medio ambiente ideal para muchos microorganismos, que intentan invadirlo y para ello se introducen atravesando la barrera de la piel o mucosas. El organismo a su vez posee un sistema muy eficiente para hacer frente a estos invasores, el sistema inmune. El sistema inmune tiene la capacidad de distinguir lo propio de lo extraño.
El sistema inmune comprende una red compleja y difusa de órganos, células y productos celulares, cuya misión es proteger el organismo de las enfermedades causadas por la mayoría de patógenos (bacterias, virus, parásitos, hongos y otras sustancias extrañas).
Los leucocitos patrullan a través del organismo detectando los patógenos invasores. Estas células, no solo destruyen las células infectadas y malignas, sino también eliminan los residuos celulares.
Partes del sistema inmune son las amígdalas, los nódulos linfáticos, el apéndice, el bazo, el timo, CTH, los leucocitos, los anticuerpos y las citoquinas.
El sistema inmune, con sus dos líneas de defensa, la innata y la adaptativa, es la encargada de reconocer esta invasión y de reaccionar para su eliminación.
El sistema inmune innato (natural o inespecífica) es la primera línea de defensa del organismo, que impide la invasión y diseminación de los patógenos; Realiza una respuesta rápida directa sobre el patógeno y no posee memoria.
Las células del sistema inmune innato reconocen un modelo molecular común y constante de la superficie de los microorganismos, denominado Patrones molecular asociado a patógenos (PAMP), a través de los receptores celulares conocidos como receptores de reconocimiento.
Estos receptores de reconocimiento se expresan fundamentalmente en la superficie de las células fagocíticas (neutrófilos, monocitos y macrófagos y células dendríticas inmaduras), y de las células presentadoras de antígeno (células dendríticas maduras y monocitos/macrófagos), y su primera misión es la de entrar en contacto con el patógeno durante la infección.
El sistema inmune adaptativo (adaptativa o específica), representa una respuesta tardía, que se inicia al establecerse una conexión entre el complejo MHCII-Antígeno en la superficie de las células presentadoras de antígenos y el receptor de las células T (TCR), que se encuentra en la superficie de los linfocitos T. Por este medio los linfocitos T vírgenes resultan activados y se verifica en ellos una selección clonal de linfocitos específicos del antígeno, que poseen memoria y su protección es prolongada.



Bibliografía:

Consuelo B, María C. Sistema inmune: su importancia en el desarrollo y terapia del cáncer. España: Plasencia. UNED. Centro de Plasencia, 2013.

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